¿Etimológicamente del latín la palabra strategos significa general, ese líder que en la historia dirigía los ejércitos de miles de valientes que salían a luchar. Era un arte honorable, lleno de sangre y de dolor. Ganar o perder, dependía no solo de esa valentía, sino de mantener esa sangre caliente para llegar a la gloria. El líder tenía que permanecer, en medio de la pérdida, lleno de coraje, aunque supiera que en el camino dejaba algunas almas buenas y una parte de su vida atrás.
La profundidad del objetivo consistía al final de todo en defender la dignidad humana y el honor de un pueblo; y ese líder entonces, debía planear de la manera más inteligente y analítica, la idea más inesperada para sorprender a su contendor, y eso para mí, es estrategia.
Me preguntan tanto, porque me gusta la estrategia de marca; y además por qué tanto la defiendo, y es que desde que comencé a pensar en marca, en publicidad, desde que empecé a hacer publicidad, me di cuenta que trabajamos por y para la dignidad, somos un eje de responsabilidad continua del consumo humano, y es ahí donde vale la pena ganar esa batalla.
Una marca es definitivamente un estímulo a nuestros sentidos, nadie compra una marca por un producto, ni por un precio, las marcas se compran por las ideas que nos conducen a ellas, por los estereotipos que nos identifican, por los valores que nos suman, por la humanidad que nos representa, por el valor que nos da.
Una marca es un líder significativo que nos forma y nos categoriza, nos introduce una mentalidad o concepción sobre nuestra naturaleza, y además puede cambiar nuestro comportamiento, nuestros hábitos y nuestra conducta.
Una marca es poderosa, y logra tener la potestad de involucrarnos en una idea preconcebida o irreal de cualquier cosa, o puede llevarnos a consumir incluso lo que no queremos, así nuestro instinto y corazón sepan que hay algo detrás que no está bien, llegamos a ella y la compramos.
Con el tiempo he entendido que las marcas razonables son las que prevalecen y permanecen, y cuando digo razonables, no me refiero a racionalizar las cosas; me refiero mas bien a razonar con coherencia y en justa medida las necesidades humanas.
Las bien conocidas necesidades de Masglow hablan por si solas y es innegable ese gran acierto al definirlas que ha prevalecido durante años; sin embargo, nos encontramos con una nueva realidad, en donde comenzamos a vernos necesitados por conocer el precio justo de las cosas, por encontrar sorpresa en lo que nos presentan, por sentirnos parte de ellas, por conversarles y sentir que están obligadas a decirnos la verdad.
Los humanos hemos gestado un cambio, en donde aparecen nuevos estereotipos sociales y donde otros caen, se concibe la crianza no solo de un hijo sino de un perro o un gato, o se decide no tenerlo y eso está bien, la defensa de los derechos por las mujeres, por la raza negra y por la inclusión comienzan a ser más significativos que cualquier cosa, y el derecho a la libertad de expresarnos, de conectarnos y de socializar en miles de entornos, aún más.
Los humanos seguimos anhelando la capacidad de sorprendernos y de no perder el espíritu de ser niños, nos estimula la admiración, la novedad, y eso nos hace sentirnos más humanos. La alegría, la sensación de amor, de felicidad, de abrazo, nos hace sentirnos vivos.
Una estrategia de marca es entonces, una planeación anticipada de la manera en la que vamos a influir de una manera positiva en la vida de las personas, a partir de una filosofía de vida. Es la idea madre o la gran idea que nos permite permear la mente humana a partir de una estructura profunda de lo que somos. Es la piedra angular, la base que nos sostiene en el tiempo, de la apuesta que haremos en defensa por un bien común que suma al mundo no por lo que la marca recibe, si no por lo que puede dar.
Una estrategia es un modelo de pensamiento, una ruta, un camino, una decisión donde requerimos algún sacrificio, donde nos enfrentamos al reto, al riesgo, que implica ceder y tomar decisiones y acciones para lograr un objetivo. Una estrategia de marca es eso que vamos a hacer sin desviarnos, para mantenernos firmes, porque sabemos que esa base es la que permitirá sorprender, idear, recrear y estimular la vida humana de quienes nos siguen.
Una estrategia requiere análisis, rigor, planeación, pero sobretodo requiere respaldo, perseverancia, defensa y un sentido humano de las cosas, pues el consumo no es mas que la parte etérea de la vida, y es ahí donde el carácter que le demos, se volverá algo significativo, profundo, inolvidable en la mente y el alma humana, y eso sí que es estrategia.
La mejor estrategia de una marca, es tener claro que hace relevante por la humanidad, y defenderlo en el tiempo.
Autor: Claudia Alarcón Cuevas
