Para muchos, como dice Susana, la cultura es un tema gaseoso, que está alejado de las dinámicas sociales dentro de las compañías, pero que en realidad está constante y permanente en los comportamientos, hábitos, acciones que suceden día tras día dentro de las empresas, y que por supuesto se ven completamente reflejados hacia afuera en todos los puntos de contacto con las personas relacionadas con la marca.
Todo ese ecosistema que construimos día a día, toda la energía, las relaciones, los comportamientos humanos, normas, incentivos; construyen la cultura y la forma de vivir los procesos y nuestra calidad de vida todos los días.
Uno de los temas más escuchados y leídos es la transformación digital; un tema que en plena era de la cuarta revolución industrial nos atañe a todos, no solo por las implicaciones económicas y los cambios organizacionales requeridos; sino por el gran impacto social dentro del cultura de las empresas y de las personas.
Sin embargo, entendemos que no solo se trata de un cambio de modelo digital, sino de un cambio de mentalidad cultural, de transformación y por esto conversamos con Susana Zapata, Directora de estrategia de Caramelo Escaso, uno de nuestros partners y amigos en Perú y Colombia; con quienes hemos tenido la posibilidad de aprender mucho sobre cultura; y la necesidad de analizar y muchas veces replantear el cambio cultural en las organizaciones.
La infraestructura y la tecnología, son herramientas que nos permiten actuar o mejorar estos procesos o relaciones con las personas a nivel externo e interno, y que al final requieren un equilibrio con toda esa energía humana para transformar la cultura.
La cultura se convierte entonces en ese ADN, en esa genética pura que se va heredando en el tiempo y que permite que nos relacionemos con la marca de una manera específica creando cultura, esa que nos permite identificar quienes somos, cuál es nuestro propósito y qué vinimos a hacer a este mundo.
«El propósito de una compañía es fundamental para permitir que la cultura prevalezca y este no se construye, sino que se identifica.
Para que esto pase, el CEO debe ser el principal promotor y creyente del propósito, además, no se debe pensar como un beneficio económico, pues este es una consecuencia de un buen trabajo y gestión de servicio a los clientes.
Cuando identificas y trabajas desde el propósito, los beneficios se ven reflejados de igual manera desde adentro.»
El propósito debe ser profundo, construir un sistema de valores y de beneficios humanos, que permitan inspirar a otros sobre verdaderas motivaciones a largo plazo.
Los seres humanos se motivan desde adentro, el vacío y la frustración al final hace que nuestra esencia se pierda y perdamos el propósito.
La marca debe ser el reflejo de ese propósito, no únicamente un enunciado para comercializar o convencer a otros, es un compromiso una declaración de ese propósito, que hoy más que nunca debe ser coherente con la cultura de nuestras organizaciones.
La transformación de la cultura debe definirse, establecer un marco de marco de cultura que nos indique qué está permitido, quénos mueve, qué cosas nos ayudan a hacer prevalecer nuestro ADN, en medio de la libertad y de la diversidad; que siempre serán claves para permitir a las personas ser en sí mismas. Un marco de cultura declara esos comportamientos que hacen única y posible cada organización, por eso, este debe permitir hacerse varias preguntas: ¿cómo se toman decisiones acá? o ¿qué privilegiamos? ¿a qué estamos dispuestos a renunciar a cambio de otros resultados? ¿qué significa perder para nosotros?».
Desde adentro se construye la cultura, se transforma, de esta manera podemos hacernos responsables como marcas entre lo que decimos y cómo actuamos. Cuidar lo importante, lo relevante: La vida de las personas, su mejoramiento continuo como humanos, pero sobre todo el legado que como marca y compañía estamos dejando a la humanidad; qué tan relevantes e inspiradores estamos siendo para las personas, modificando la conducta de vivir desde la manipulación y llevarla hacia el propósito, ué tan relevante e inspiradores estamos siendo para las personas y cómo estamos creando empresas más conscientes y mejores lugares para trabajar que modifiquen la conducta de vivir desde la jerarquía o ideas cerradas, y llevarla hacia el propósito».
Autor: Claudia Alarcón Cuevas
